La popular reina del pop internacional hizo vibrar de emoción y alegría a las 66.000 personas que se dieron cita en el estadio monumental anoche. Su impactante despliegue físico y técnico, el astuto uso de ciertos símbolos populares argentinos (el: "no llores por mí Argentina" de la recordada ópera "Evita") y algún que otro beso con alguna de sus bailarinas lograron transformar el show que todos sabíamos predecible en uno más o menos digno. Se vió a miles de fanáticos extasiados, hasta demasiado, y a otros no tanto pero igual de súper felices.
Más no se puede pedir... hay que recordar que tanta felicidad en esa cancha de fútbol hace rato que no se vé.
De cualquier manera, y si es que cabe la comparación, por estos lados del mundo, en San Sojalandia, también vivimos un recordado show "madonniano" pero no de la diva sino de cierto divo de igual denominación. Aunque acá la función duró dos mandatos...
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