SOJALANDIA



jueves, 12 de noviembre de 2009

Ciudad Cementerio II

En la “Ciudad Cementerio” a los ciudadanos comunes les está prohibido llorar… solo lloran los ricos dueños de todo. También está prohibido reír, solo ríen los recaudadores de impuestos. No se puede doblar en U en ninguna calle salvo que se movilice uno en un vehículo de vidrios polarizados y último modelo.
Están prohibidos los comercios chinos porque los de Asia no dicen cada tres minutos: "basta que sea, porca miseria"
Está prohibido refrescarse el poto porque casi no hay agua, climatizar el dormitorio porque no se puede pagar ya la energía eléctrica, tomar cerveza porque está a precio de euros y no se puede casi comer asados porque de los precios de pizarra ni cerca están las carnicerías.
No se puede levantar la voz porque ya casi nadie la levanta ni reírse del tiempo porque ya ni gracia causa... Penado por ley está escuchar la radio mientras uno pasea por el sexshop y ni hablar que se castiga con cien azotes a quién sueña con viajar al Caribe mientras todos los de "ciudad cementerio" solo se preocupan por el panteón de la putrefacción final.
Prohibido está, para casi todos, ahorrar, ya que a eso solo accede un reducido grupejo de blancos zombies. También está mal visto gastar plata en comprarse cosas útiles ya que ese dinero debe ser invertido solo en máquinas tragamonedas...
Está prohibido pensar,
Prohibido,
como en casi todos lados.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Ciudad Todo Prohibido

En la "Ciudad Cementerio" está casi todo prohibido. No está permitido hacer malabares en los semáforos, altera el paso de los cortejos fúnebres. No se puede poner a más de dos decibeles la música porque altera el normal descanso de las lechuzas que duermen paraditas en las esquinas de las lápidas. No están autorizados los cabarets ya que a la moral y buenas costumbres de la inquisición reinante le molestan terriblemente. No se puede beber alcohol porque el alcohol retrasa el accionar de los gusanos de la putrefacción. No se puede andar en moto sin el casco puesto ya que eso altera el promedio de llenado de nichos en el centro neurálgico de la ciudad, el cementerio.

En la “Ciudad Cementerio” está casi todo vedado. No se puede hablar mal de los infrugíferos gobernantes ya que estos son los amos y se les debe pleitesía. Tampoco esta bien criticar a la policía por más que esta fuerza pública alberga en su seno a cientos de inútiles que solo saben mirar los culos de las tristes mujeres habitantes de la necrópolis. No se puede estacionar el sulky en las calles del centro porque ahí están los grises y negros carros últimos modelos de los oscuros comerciantes y sus esclavos.

Está restringido escuchar a los moribundos pobres del lugar ya que involucrarse puede significar ser condenado a la cremación instantánea. Esta prohibido no asistir a las tristes misas de ciertas tristes iglesias ya que saberse los rezos es condición indispensable para adquirir una nueva y triste vida en el más allá.