SOJALANDIA



viernes, 24 de octubre de 2008

ELLA Y EL ANGEL

Encontrarnos esa tarde de lloviznas
no fue casualidad, fue dirigido
por un ángel que goza con las penas
de quienes no tenemos permitido,
por cuestiones legales y cadenas,
morder el fruto del árbol prohibido.

Y digo que por él fue dirigido
con el fin de causarnos más que penas,
es que sabe, nos gusta lo prohibido.
Y no vemos cuestiones ni cadenas
rompiendo el cartel de permitido
que empañen una tarde de lloviznas.

Por eso, a su propuesta de perdernos,
perdimos, como siempre, ni pensarlo.
Y bajo lluvia, sin que puedan vernos,
junto al bosque, que prometió callarlo
olvidamos las trabas del presente
e hicimos el amor... intensamente.

del libro "Entre Piedras"
entre-piedras.blogspot.com

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