Por más que recorran caminando cien iglesias y capillas, y donen dos o tres departamentos nuevos a la curia, por más que inviten a comer cien asados al obispo, o a los laderos de ese mismo obispo. Por más que esperen y esperen por la ayuda de Rosa, la santa y vayan a cuanto curandero conozcan. Así donen cuatro pesos al primer pobre que vean y no pateen por dos días al gato, o a la sirvienta. Por más que juren y rejuren que de ahora en más van a ser buenos y van a disfrutar más de los amigos y la familia. Por más que puteen y recontraputeen a las nubes mirando al cielo, así griten, zapateen y se arranquen los rubios pelos de la cabeza… no va a llover.
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